Investigación

~El Sueño~


El sueño es un estado de reposo uniforme de un organismo. El sueño se caracteriza por los bajos niveles de actividad fisiológica (presión sanguínea, respiración) y por una respuesta menor ante estímulos externos.

El vocablo «sueño» (del latín somnus, raíz original que se conserva en los cultismos somnífero, somnoliento y sonámbulo) designa tanto el acto de dormir como el deseo de hacerlo (tener sueño).

El sueño está probablemente dedicado a la eliminación de productos de desecho del sistema nervioso (y de otras partes, por supuesto).
En el proceso de limpieza, las neuronas a menudo disparan “accidentalmente” a través de la noche, desencadenando secuencias de disparos. Algunas veces, por ejemplo, una persona en sueño profundo puede levantarse y realizar alguna función rutinaria como vestirse o hacer café – sonambulismo.

El sueño va en ciclos – primero se mueve rápidamente en un sueño profundo y restaurador, después vuelve hacia el despertar, entonces va de nuevo, y así. Presumiblemente, este patrón cíclico existe porque el sueño es algo peligroso para los animales, y es importante comprobar la situación de vez en cuando. En los animales sociales, es común que uno u otro individuo esté casi despierto en cada momento, y por tanto disponible para dar la alarma si fuera necesario.

Cuando hay luz, la información de los ojos va a una región pequeña del cerebro (el núcleo supraquiasmático) e impide que libere una hormona llamada melatonina. Cuando está oscuro, la melatonina es liberada y nos dice que durmamos. Por esta razón, a algunas personas les gusta llamarla la “hormona de Drácula”, ya que solo aparece por la noche.


Fases del sueño:


Las diferentes partes del sueño nocturno tienen características distintas, las cuales han llevado a los investigadores a sugerir 4 etapas. La fuente de información más importante sobre las fases del sueño es el EEG (Electroencefalograma). Varios electrodos (pequeños discos metálicos) se fijan al cuero cabelludo y se graban los pequeños ritmos eléctricos de las neuronas en descanso.

Cuando estamos despiertos y ocupados (al menos mentalmente), estas “ondas cerebrales” son desincronizadas, lo que significa que no muestran un ritmo claro.

Cuando empezamos a relajarnos y a vaciar nuestra mente, empezamos a generar ondas alfa.

Cuando entramos en la fase uno del sueño, las ondas empiezan a enlentecerse, y se vuelven ondas theta. Además, entramos en un estado de parálisis flácida de los grandes músculos, lo cual significa que nuestros músculos se vuelven muy relajados y ya no responden más a mensajes motores del cerebro. Algunas veces, a la vez que nos movemos a lo largo de esta parálisis, nuestro cuerpo responde como si nos estuviésemos cayendo, y de repente tenemos una repentina sacudida llamada mioclonía.

Después de un poco, entramos en la fase dos. El electroencefalograma muestra ondas theta cada vez más y más lentas. Además, ocasionalmente se ve un extraño patrón llamado huso del sueño, que cosiste en ráfagas de actividad muy rápidas.

Después de esto, entramos en la fase tres. Ahora vemos las ondas delta, muy lentas.

Y finalmente, entramos en la fase cuatro, el sueño más profundo. Ahora el electroencefalograma muestra más del 50 % de ondas delta. La fase cuatro es donde es más común encontrar terrores nocturnos y sonambulismo. Los terrores nocturnos son periodos de extrema activación emocional que raramente está acompañada de imágenes (como en los sueños y las pesadillas).

El sonambulismo es cuando una persona se levanta de la cama y vaga por los alrededores, a veces realizando actividades rutinarias como vestirse. Esto es común en los niños, y los padres ocasionalmente encuentran a sus hijos esperando el autobús en pijama.

Después de la fase cuatro, empezamos a retroceder en las fases hasta llegar a la fase uno de nuevo. Esto es algunas veces llamado fase uno emergente, y tiene una cualidad particularmente impresionante: los sueños. Los sueños están acompañados de movimientos de los ojos, los cuales pueden ser también registrados en la máquina del electroencefalograma. A causa de esto, la fase uno emergente también es llamada de sueño REM (En inglés: Rapid Eye Movements, movimientos rápido de los ojos). Aquí podemos ver el propósito de la parálisis flácida mencionada antes: si no estuviésemos paralizados, representaríamos lo que ocurre en nuestros sueños.

Desafortunadamente para algunas personas, los músculos pequeños no están paralizados – de forma que es en la fase uno emergente cuando se habla en sueños. Algunas veces, podemos realmente involucrar a alguien en una pequeña conversación en esa fase. Es también interesante que los dedos no estén paralizados, por lo que podemos ver a personas sordas haciendo signos en sueños.

En una noche media, podemos pasar por cuatro o cinco ciclos de fases, cada cual toma sobre 90 minutos. Normalmente cada ciclo es menos profundo, de forma que la mayoría de nuestro sueño profundo de fase cuatro ocurre en la primera mitad de la noche. El sueño REM (donde experimentamos los sueños) ocupa cerca del 20 % del sueño total, en cuatro o cinco sesiones. Aunque, a no ser que realmente nos levantemos, rara vez recordamos las primeras tres o cuatro sesiones de sueños.

Patologías del sueño:

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